Teresa Sans: «los libros han sido, y siguen siendo, parte de mi vida».

Reconocida recientemente como Bibliotecaria del año en la I Edición de los Premios Castilla-La Mancha de Excelencia en Bibliotecas Públicas, Teresa Sans lleva trabajando más de 13 años en la biblioteca municipal de Uclés. Conocemos de primera mano sus impresiones sobre este premio y sus vivencias personales y profesionales por medio de esta entrevista.

En primer lugar, enhorabuena por su reconocimiento como bibliotecaria del año. Imagino que muy contenta por este premio.

Muchas gracias. Sí, estoy contenta, a pesar de la polémica que crearon estos premios entre los bibliotecarios. Desde luego no creo ser la bibliotecaria del año, como reza el premio, en absoluto, conozco a muchas compañeras que hacen un trabajo excepcional, pero quizás los premios puedan servir, aunque sea un poco, para dar algo de visibilidad, para que se nos considere algo más y para reivindicar ante las instituciones el apoyo que necesitamos.

¿Pensó desde pequeña en ser bibliotecaria? ¿Cuál ha sido su trayectoria académica y profesional?

No, no pensé en que acabaría siendo bibliotecaria, ni siquiera en que acabaría viviendo en un pueblecito. Aunque los libros han sido, y siguen siendo, parte de mi vida, tanto a título personal como profesional.

Estudié Filología Románica en la Universidad de Valencia. Fui lectora de español en Toulouse (Francia) y en Libreville (Gabón); en Roma (Italia) trabajé de intérprete y traductora y profesora de Español; en Picassent (Valencia) fui profesora de Español para extranjeros; en Valencia profesora interina de francés en la Escuela de Magisterio; en Castellón y Barcelona profesora interina de Italiano en la Escuela Oficial de Idiomas; en Valencia he trabajado de Traductora de Francés e Italiano y he sido Directora de Formación y Comunicación en una empresa privada.

Y, actualmente, soy la bibliotecaria de la Biblioteca Pública Municipal de Uclés, desde hace 13 años, que fue cuando se abrió la biblioteca.

¿Cómo se definiría a sí misma?

Esta es una pregunta demasiado personal. Pero, por decir algo, soy una persona bastante abierta, aunque algo seria, y muy comunicativa. Me interesan bastantes cosas: la literatura y la lengua, la música, el arte, la cocina, la filosofía, la naturaleza, las nubes, compartir la vida con los amigos…

Aparte del premio del que hemos hablado, ¿cree que bibliotecarias y bibliotecarios están reconocidos en la actualidad?

Creo que no. No es una profesión reconocida, al menos los de este entorno, porque la propia biblioteca todavía no se considera un servicio fundamental, como pueda ser el médico o el maestro. No hay conciencia, a veces por desconocimiento, del valor social que tiene una biblioteca y más en estos sitios pequeños en los que supone el único recurso sociocultural.

El reconocimiento social se adquiere reconociendo la propia sociedad, con las instituciones a la cabeza, la importancia de un servicio tan fundamental como cualquier otro de los que se ofrecen a los ciudadanos: el médico, la escuela, los servicios sociales…, además, ese reconocimiento se adquiere también con el cargo y el salario adecuados a las funciones. Casi todos nosotros, al menos los de la provincia de Cuenca, somos auxiliares de biblioteca, trabajamos media jornada y, aunque nuestro esfuerzo y empeño supere nuestras funciones, horarios y remuneraciones, no se nos acaba de ver cómo un profesional serio y riguroso.

No obstante, sí que hay muchos usuarios que aprecian nuestro trabajo y eso siempre es un aliciente que compensa, al menos, el poco reconocimiento.

¿Cómo ve el futuro de las bibliotecas? ¿Piensa que siguen siendo útiles en la era de internet y las nuevas tecnologías?

Creo que el futuro está asegurado porque hemos ido cambiando con los tiempos. La biblioteca hoy es un espacio para leer, aprender, escuchar música, dialogar, entretenerse, encontrar amigos, informarse, divertirse…

Las bibliotecas siguen siendo útiles porque, a pesar de todo, Internet todavía no suple a las personas que atienden, ayudan, informan y dan calidez a la frialdad de una máquina. Cuando alguien me dice que se ha descargado 100000 libros, me pregunto bueno ¿y qué? la cantidad no hace la calidad y si quieres algo concreto puedes encontrarlo ahí, pero si quieres que te aconsejen o comentar lo que buscas o deseas, o compartir, en definitiva, con otros el libro de papel, el argumento, las críticas, el tacto y el olor del libro… pues una biblioteca o una librería creo que siguen siendo el mejor de los lugares.

¿Y de la cultura en general?

Cada vez hay más medios y más opciones para acceder a la cultura, aunque a veces también hay más simplificaciones y distracciones. La cultura es un bien necesario que empieza con la educación, con una buena educación, en el sentido más amplio del término.

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Encuentro de Clubes de lectura en el Monasterio de Uclés con Carmen Posadas y Marta Robles

¿Qué actividades o proyectos desarrolla la biblioteca de Uclés?

Las actividades son para todos los públicos y consisten en: talleres de manualidades; concurso de marcapáginas; juegos de palabras y la hora del cuento; excursiones; celebración del Día del Libro; club de lectura de adultos; encuentros con autor; cine en la biblioteca para grandes y niños; clases de inglés y de repaso; charlas y conferencias; cata de vinos; cuentacuentos (apenas, ahora sólo uno al año por falta de presupuesto); sesiones de cine; cursos de informática y alguna otra cosa más que se me escapa.

En alguna de las actividades participan voluntarios, colaboradores y amigos de la biblioteca.

Preparando la entrevista me ha llamado la atención un artículo publicado en el magazine Yorokobu con usted como protagonista. ¿Cómo surgió?

Porque alguien de la revista se enteró de que existía esta biblioteca y lo que en ella se hacía y justamente para ese artículo pareció encajar el reparto de libros que hago normalmente a las integrantes del club de lectura.

¿Utiliza las redes sociales para promocionar la biblioteca?

Mi punto débil es este justamente, aunque sé lo importante que son (y también el tiempo que hay que dedicarles…). He empezado hace poco a editar un facebook de la biblioteca y estoy en ello.

Además, mantengo informados a los usuarios a través del correo electrónico.

Solemos terminar las entrevistas con unas preguntas sobre gustos personales. ¿Nos recomienda un libro?

Anna Karenina de León Tolstoi

¿Y una película?

Una pastelería en Tokio de Naomi Kawase

¿Cúal es su serie de televisión favorita?

Borgen

Una canción

Lo que aletea en nuestras cabezas de Robe Iniesta

¿Alguna aplicación móvil que use o haya descubierto recientemente?

Ivoox

Por último, ¿alguna anécdota, reflexión o idea que nos quiera contar relacionada con las bibliotecas?

Diría muchas cosas, pero si te parece añado unas palabras que pronuncié en la entrega de los premios: «cuando me siento abatida ante las dificultades, además de reconfortarme con la amigable disposición de mis compañeras, pienso que por insignificante que pueda parecer nuestra aportación, el compromiso con nuestro trabajo servirá también para mejorar un poco nuestra sociedad. Acabo el agradecimiento a este premio recordando la respuesta de aquel príncipe danés a quien, en momentos de crisis, le sugirieron cerrar bibliotecas: somos pobres, no nos podemos permitir, además, ser tontos».

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